domingo, 15 de octubre de 2017

MI AMOR;

Mientras leía encontré un párrafo hermoso y decidí mejorarlo para que entienda lo que se siente cuando usted me dice MI AMOR. Le mentiría si le dijera que no lo he dicho antes, quizás fueron las circunstancias o los momentos buenos o malos para decirlo o quizás escribirlo, no me arrepiento tampoco de haberlo dicho, porque muchas veces fue de corazón y es que decir mi amor, puede significar mucho según el tono de voz y de la persona que le diga, lo decimos por costumbre o simplemente porque nos sale normal, pero cuando es de corazón se siente diferente. Es por eso que cuando le digo mi amor ahora, no lo hago por costumbre, ni porque debo hacerlo, no se trata de que se sienta querida o toda una princesa cuando en el fondo eres un power ranger, lo hago porque así como le digo, al llamarle mi amor le estoy diciendo que es importante, que ahora es parte de mi vida, y que pongo en sus manos mis sentimientos y mi inspiración, que sin mirarle como antes y sentir su olor recuerdo su mirada y su atención a mis conferencias, a mi enseñanza , al compartir. Qué he decidido decirle así porque me nace hacerlo, que al decirle mi amor, reflejo todo lo hermoso que hemos pasado y con los problemas del pasado al presente no sé si debemos pero queremos valorar este sentimiento tan bonito que tenemos. Claro está que para usted es confuso la diferencia entre importancia y atosigamiento, mi deseo no es agobiarle solo saber si se encuentra bien y cuidarla, cuidar no es amarrar, no es control, no es mandar. Usted es especial para el mundo, para mí, porque MI AMOR, usted pueda que haya llamado a muchos y a muchos sintió el poder decirlo, es por eso que para mí al escucharle o leerle de cómo me dice es tierno y sutil, pero MI AMOR significa mucho, porque no son solo palabras hay una emoción que se vuelve sentimiento.  MI AMOR, nunca piense que por decirle así es mi propiedad, quizás entienda que son dos palabras complicadas, quizás se imagine que esto lo que le estoy escribiendo ya lo hice antes, sí en su momento con quién amé, pero hoy es usted quién está en mi vida y a quién le dedico mis días y mis sentimientos, mis poemas, mis . Pues bien desde hoy cuando me escuche decir MI AMOR, cierre los ojos e imagínese lo más bonito, lo más puro, lo más sincero, lo más sutil, lo más tierno, lo más cariñoso, lo que más quiere escuchar, porqué como le dije, lo que quiero es hacerle bien y feliz, y usted cuando me lo diga hágalo con respeto , con ternura, con sinceridad, con pasión … Porque para mí pase lo que pase a su lado, hoy usted es ahora MI AMOR, mi mundo , mi centro , mi ciudad, mi respeto, mi ternura, mi pasión, mi lujuria, mi confianza, mi amiga ……… simplemente MI AMOR

jueves, 23 de marzo de 2017

EL AMOR UNA LOCURA!

“La locura del amor es la bendición más grande de los cielos”, decía Platón. Pero ¿qué tan “locos” somos capaces de volvernos por una simple mirada, una caricia, una presencia demandada con cada latido del corazón? Los románticos han hecho costumbre declararse perdidos o enloquecidos de pasión por sus príncipes y doncellas, no obstante, la ciencia ha demostrado que lo que muchos tildan de “cursilería” es más bien un asunto de hormonas y cambios bioquímicos en el cerebro, y que la frase: “Estoy loco por ti” no es un cliché rebuscado a falta de imaginación, sino una confesión franca y breve de los efectos secundarios que el amor causa en nosotros. “Cuando el amor no es una locura, no es amor” Calderón de la Barca Efectos secundarios del amor en el cerebro (siempre y cuando sea amor) Una mayor propensión a los celos, la paranoia y la sospecha Jennifer Bartz, psicóloga de la Escuela de Medicina de Mount Sinai (New York City) explica que la hormona oxitocina, vinculada con el amor y el deseo, también puede generar efectos adversos en el cerebro de una persona enamorada. El “lado oscuro” de la oxitocina se manifiesta en una mayor propensión a la posesividad, así como una conducta “suspicaz, poco colaborativa y maś hostil que nunca”. Desde luego, estos efectos varían de una persona a otra y tienen mayor impacto en quienes han sido diagnosticados con trastorno límite de la personal o bipolaridad. Una tendencia a los pensamientos repetitivos similar a la que ocurre en el Trastorno Obsesivo Compulsivo El amor, para bien o para mal, nos hace querer estar junto al ser amado en todo momento, fantasear con escenarios románticos reales o ficticios y enfocarnos en las necesidades del otro relegando prioridades “menos importantes” a segundo y tercer plano. La obsesión que desarrollamos en torno a la relación guarda semejanza con la obsesión que una persona diagnosticada con TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) desarrolla alrededor de una tarea o pensamiento concreto, como asegurarse de haber cerrado todas las ventanas antes de salir de la casa o lavarse las manos una y otra vez para liquidar los gérmenes. En otras palabras, el enamorarnos ejerce en nosotros un efecto de “atención unilateral” dirigida hacia un mismo objeto, o en este caso, persona. De este modo lo explica el investigador Henk van Steenbergen de la Universidad de Maryland: “Cuando acabas de iniciar una relación romántica, probablemente encuentres difícil enfocarte en otras cosas porque inviertes gran parte de tus recursos cognitivos pensando en quien amas. Para los amores duraderos que se consolidan en relaciones a largo plazo, en cambio, es crucial que las personas aprendan a manejar apropiadamente su cognición”. Una percepción alterada de la realidad Ver a la persona amada como el ser más maravilloso del universo es parte de las transformaciones bioquímicas que ocurren a nivel cerebral. Desde luego, el afecto siempre hace que dirijamos nuestra atención hacia las cualidades positivas de otro individuo (ya sea la pareja, un padre o un amigo), sin embargo, lo que ocurre durante el enamoramiento es una sobreestimación o exageración de las virtudes del ser amado a cambio de una minimización de sus defectos. Vale decir, para variar, que “el amor es ciego y la locura lo acompaña”. Un súbito complejo de “Súper Hombre” que nos hace más propensos a correr riesgos poco racionales Un estudio publicado en 2013 en el Journal of Risk Research, diario científico especializado en el estudio del comportamiento humano durante la toma de riesgos, señala que los hombres son capaces de aventurarse de formas impensadas con tal de obtener una oportunidad con una mujer. Los encargados de la investigación, Tobias Greitemeyer, Andreas Kastenmüller y Peter Fischer, se refieren a este complejo de “Súper Hombre” acontecido durante el enamoramiento como una herencia evolutiva de nuestros ancestros, ya que en el pasado era un requisito correr riesgos para asegurarse un refugio, comida y parejas sexuales. Aquellos hombres que destacaban contundentemente sobre los otros se veían más beneficiados y tenían mayores probabilidades de sobrevivir que quieres no se arriesgaban lo suficiente. Moraleja: el amor, después de todo, no ha cambiado mucho www.elartedesabervivir.com